lunes, 30 de abril de 2012

poema al brindis

65.- Reflexión al Brindis. Autor: El predicador económico Generalmente es un momento de satisfacción que se da en una reunión y asea de familia, amigos o de trabajo. También incluye la ciencia, literatura o religión. Se brinda por algo o por alguien, un suceso de éxito, de tristeza, de recuerdo o bien el festejo por cumpleaños, santo o cualquier pretexto para provocar una reunión de amigos hasta de generaciones escolares de todo nivel. Mayormente es un momento de satisfacción que alguien más hace por nosotros. Los reconocidos brindan poco sobre ellos mismos, pero no falta quien sea el portavoz de la noticia, la alegría de levantar la copa de decir palabras finas de adulación sana a la persona reconocida a quien van dirigidas. Se brinda de manera colectiva también, ya sea por un evento que obtuvo un equipo de deporte o trabajo. La reunión se prevé para ese fin. Llegar al brindis con sonrisas, alegría, reconocimiento y vivas por todos lados. Brindar por obras buenas, logros realizados, tareas colectivas en bien de muchos esta en cada quien. No se requiere de promoción o reconocimiento de los demás. Uno puede brindar por uno mismo y tal vez no compartir con nadie algo muy personal. Nada tiene que ver que no haya participación colectiva, aunque la reacción normal es compartir con los de confianza los eventos relevantes logrados. Hay brindis muy serios también, se brinda por naciones, acuerdos, pactos entre países cuando estos logran fines sanos y comunes en bien de sus habitantes. Aunque sea obligación de los gobernantes hacerlo, no está por demás juntar las copas de vino, ron, champagne o refresco para decir palabras estimulantes a otros por lo logrado en las tareas propuestas. No podemos dejar de reconocer que hay también tristeza en estos momentos donde debe reinar la alegría. Recuerdos gratos e ingratos se vienen a la memoria por múltiples razones. La muerte de un familiar muy querido, un amigo que ya no está o simplemente la lejanía de seres queridos como la familia. No es necesaria la desgracia personal para sentir nostalgia que humedece los ojos hasta con el recuerdo de que los hijos ya dejaron de pequeños. Uno de los brindis más comunes para nosotros es por la madre. Hay un poema muy bello sobre este brindis de este ser querido que ya no está con nosotros. Es uno de esos poemas que llegan al corazón cuando de declaman con sentimiento genuino, con ademanes suaves y voz sentida. Poema que vende el sentir mayor de la mayoría de los corazones sensibles, que hacen llorar al más serio. Usualmente se hace con dedicatoria personal pues la expresión de amor por las madres es muy generalizada. Mucho más que la del padre con sus excepciones. Para muchos es solo un pretexto para beber y en el brindis continuo caer en la discusión estéril, pobre, provocadora que desemboca en contiendas que llegan al borde de exponer la vida misma por razones muy superficiales. Hay que brindar y hacerlo en orden, equilibrio con temple, a su tiempo y hora. Prepararse bien para el momento de levantar la copa y ganarse las miradas de todos con humildad.

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